Teorías de dominio
Los modelos mentales guardan cierta correspondencia con un segundo
nivel: las teorías de dominio. Si bien estas teorías son de carácter implícito,
desde la posibilidad que tiene el sujeto de hacerlas conscientes, están explícitamente
representadas en la memoria y por ello, son más estables que los modelos
mentales.
Teorías implícitas
Las teorías de dominio están organizadas a partir de estructuras de
carácter más general y estable, sobre la base de una serie de supuestos tácitos
constituidos por las teorías implícitas. Están formadas por conocimiento
semántico, esquemático, prototípico, relativo a un dominio, y se construyen por
procedimientos asociativos, a partir de un conjunto de experiencias episódicas,
de acuerdo con la descripción de las modernas teorías conexionistas. Las
teorías implícitas proporcionan el marco conceptual, epistemológico y
ontológico a partir del cual el sujeto elabora las teorías de dominio, de
manera que restringen tanto la selección de la información procesada, como las
relaciones establecidas entre los elementos de esa información (Rodrigo, 1997).
El cambio de las teorías de
dominio y teorías implícitas, que son representaciones de nivel más profundo,
tiene lugar, según Rodrigo y Correa (1999), a través de procesos situados en el
nivel de los modelos mentales; por ello el aprendizaje se entiende como un
cambio representacional. Desde la perspectiva teórica de Karmiloff-Smtih
(1994), es un proceso de redescripción representacional a través del cual las
representaciones implícitas se resignifican progresivamente hacia formatos de
carácter más explícito “redescribiendo internamente representaciones ya
adquiridas, es decir, volviendo a representar iterativamente, en formatos de
representación diferentes, lo que ya se encuentra representado, de manera tal
de convertir información implícita en conocimiento explícito”
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